Le ha ocurrido a la industria de la comunicación (con la llegada de los blogs y los micromedios), a la del software (con la llegada de los pequeños desarrolladores de apps y software libre), a la industria del turismo (con la posibilidad de planear tu propio viaje y alojarte en pisos de otros ciudadanos), a la industria de la música (con la llegada de micro-sellos musicales que venden en Internet y las descargas que nos permiten acceder a miles de nuevos artistas), a la de la moda, la de los libros, …
Es el concepto de la ‘Larga Cola’ (‘The Long Tail’), muy popular hace unos años, que Chris Anderson acuñó en 2004 y que resumía una tendencia: la democratización de los mercados y el paso de un escenario en el que unos pocos grandes vendían mucho a otro en el que muchos pequeños venden un poco cada uno. El de los medios de comunicación es el mercado más representativo: las televisiones han dejado de tener grandes audiencias y, al mismo tiempo, los blogs (por ejemplo) han conseguido unos pocos cientos de seguidores cada uno. La suma de todas las pequeñas audiencias de todos estos micromedios está comenzando a superar todas las audiencias de las grandes televisiones.
‘Long Tail’ en los Medios de Comunicación
Y en cada una de las industrias se ha repetido el mismo patrón: los grandes jugadores que controlaban la partida, incapaces de ver cómo cambia la tecnología y el mercado, y amenazados por la llegada de los nuevos pequeños, han comenzado con acusaciones y movimientos para intentar defender su modelo de negocio con operaciones a margen del mercado. Todos recordamos, por ejemplo, el antiguo canon en soportes digitales que la SGAE consiguió imponer en España durante muchos años hasta que fue eliminado.
¿Qué ha pasado en el mundo de la energía eléctrica? Este sábado 1 de febrero el Gobierno español ha subido el precio del término fijo de la potencia eléctrica, el precio que los consumidores de menos de 10kW pagan todos los meses por cada kW que tienen instalado en sus hogares y comercios, consuman mucha o poca energía eléctrica, y que es un peaje pagado a las grandes eléctricas. Y es que, durante los últimos años, y al igual que ocurrió en España con la SGAE, estas grandes eléctricas han conseguido en muchos países del mundo enormes cantidades de dinero a través de decretos oficiales y activades reguladas a su favor. Una especie de castigo a unos clientes que empiezan a comportarse de una manera diferente.
Sin el menor ánimo de ofender. Convendría que os diérais un baño de realidad. El modo de consumo energético actual no es sostenible con energías renovables. Todo esto es una forma muy perjudicial de tecnooptimismo. No hay recursos suficientes para crear paneles solares, ni baterias ni aerogeneradores. Mucho menos para repartirlos de manera equitativa por paises. Antes podíamos considerar que estábamos en la “cara buena del mundo”, pero nuestro acceso a bienes de consumo tecnológico irá poco a poco disminuyendo.
ResponderEliminarSólo nos queda educar, ahorrar energía y (el que crea y sepa), rezar.
Por ejemplo podéis encontrar mucha información acerca de porqué todo esto no es más que falso optimismo:
the oil crash. Un excelente blog donde se explican las consecuencias de haber llegado a los límites de producción de combustibles fósiles. Este es el enlace.
http://crashoil.blogspot.com.es/
Gracias por tu comentario. Seguimos Crashoil desde que publicó Antonio Turiel el blog. Nuestra visión no es tecnoptimista, simplemente trata de ser realista y luchadora. Saludos
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