Los aerogeneradores son cada vez de mayor tamaño, pero no siempre lo más grande es mejor.
Se está empezando a producir un giro en la forma de pensar de las empresas eólicas, observando que quizá los mini generadores que se pueden instalar en casi cualquier sitio, por su pequeño tamaño, ofrecen un enorme potencial de generación, con lo que se reducirían las emisiones de CO2, y se podrían, además, electrificar áreas remotas alejadas de la red eléctrica tradicional.
Dado el tamaño que están adquiriendo las turbinas, y los retos que estas dimensiones implican tanto a nivel tecnológico como de inversión e incluso político, se esta enfocando cada vez más su instalación en parques marinos, para anular su impacto visual, pero esto trae consigo unas enormes inversiones además de resolver retos de construcción, no precisamente sencillos.
Es por lo que grupos de ingenieros, empresarios, y en general personas relacionadas con este sector, están empezando a pensar en pequeño, creyendo que ahí puede encontrarse un nicho de mercado que amplíe las posibilidades de negocio.
Las mini turbinas eólicas un mercado emergente
La ventaja principal de la micro generación es precisamente su pequeño tamaño, que permite su instalación en prácticamente cualquier sitio, por lo que podía convertirse en la energía más barata de obtener dentro de una ciudad.
Las micro turbinas de entre 10 y 100 KW se han instalado principalmente, hasta la fecha, en los países más desarrollados, en escuelas, casas particulares, industrias, incluso en los barcos, pero su potencial para electrificar zonas remotas y aisladas las hacen unas buenas candidatas para la generación de energía en países menos desarrollados.
Las mayores inversiones en instalaciones mini eólicas se están desarrollando en China en estos momentos, ya que es el mayor productor e instalador de este tipo de energía. Actualmente, más de 1.75 millones de chinos generan electricidad con dispositivos de este tipo.
Según Chen Dechang, portavoz de una asociación de la industria eólica china, 8 millones de chinos viven sin electricidad, y alrededor de 130.000 mini generadores se construyeron en el país el año pasado. Personalmente, a mí estos datos se me quedan cortos dadas las dimensiones del país y supongo son debidos a un error de traducción.
Alrededor de 1.500 millones de personas viven sin electricidad en el mundo, normalmente en zonas alejadas de las redes eléctricas, y este tipo de generación quizá sea la mejor para solucionar este problema, al potenciar la generación descentralizada que al igual que la telefonía móvil, se está expandiendo de forma mucho más rápida que la telefonía tradicional dados los requerimientos que ésta necesita.
Dadas sus características de tamaño, bajos costes de fabricación, y los problemas anteriormente referidos, China ha impulsado esta tecnología, pero no solo este país esta interesado en su desarrollo.
Intereses en micro generación en Occidente
El aumento de los costes energéticos, así como la posibilidad de independizarse de la red eléctrica, están impulsando esta industria en los países desarrollados.
Los EE.UU. son actualmente los mayores productores de este tipo de turbinas, tanto para el consumo doméstico como para la exportación.
Según la American Wind Energy Association (AWEA), el número de micro generadores instalados se ha duplicado en los tres últimos años, y esperan que se multipliquen por cuatro para el año 2015.
DIFERENTES TARIFAS EN LA UNIÓN EUROPEA
Éste es uno de los mayores problemas para el despegue definitivo de este tipo de energía.
Hasta la fecha no se ha conseguido prácticamente en ninguno de los países de la comunidad aplicar unas tarifas lógicas y diferenciadas entre este tipo de energía y la que generan los grandes molinos, asegurando así una estabilidad para los inversores y una diferenciación lógica en el trato. No es lo mismo una gran empresa, con un gran parque eólico instalado, que un pequeño inversor con una turbina de 1 kW en su domicilio particular.
Aunque esto está empezando a cambiar, el Reino Unido esta siendo uno de los primeros países industrializados en promover este tipo de energía, con la instauración de un sistema de primas a la misma el año pasado.
Desde entonces, una instalación certificada en Inglaterra que genere energía eléctrica para inyectar a la red, está recibiendo entre 17 y 38 céntimos de euro por kilovatio hora (kWh) producido.
En otras zonas, aunque lentamente, las cosas también están cambiando.
En Dinamarca, una inversión en una pequeña turbina puede producir para el propietario 28 céntimos de euro por kilovatio hora (kWh) inyectado a la red.
En España, Portugal, Irlanda y Alemania, asociaciones eólicas están presionando a sus gobiernos para establecer tarifas similares a la energía producida. La alemana Wind Energy Association espera conseguir de 15 a 22 céntimos de euro por kWh producido.
Los expertos creen que la instauración de unas tarifas que hagan lucrativa la inversión en pequeños molinos eólicos, producirán las condiciones adecuadas para un definitivo auge de las energías renovables.
Con esto no se resolverán todos los problemas del sector, pero evidentemente si se dará un importante paso adelante.
Esta rama de la industria es todavía muy pequeña y fragmentada con respecto a la eólica de gran tamaño, cosa lógica por otra parte. Hay cientos de fabricantes en todo el mundo que todavía no son capaces de producir con las necesarias economías de escala.
Las normativas son escasas y no están estandarizadas, lo que llevará un tiempo conseguir.
Otro problema se da en la falta de mediciones precisas de las condiciones de viento, dado que los pequeños inversores no tienen el potencial de las grandes empresas para estos estudios previos, lo que ha dado lugar a sobre estimaciones en la producción, con la consiguiente decepción de los propietarios de las mismas cuando éstas no son obtenidas.
Todos estos son problemas lógicos dado el tamaño en que se encuentra esta industria, pero con el suficiente impulso generado por el interés de los políticos, serían cosas fácilmente solventables, que abrirían un campo inmenso a una industria que todavía está empezando a desarrollarse.
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