cultiva tu propia energía

Coincidiendo con el Día Internacional de la Energía Comunitaria, hoy 7 de noviembre, la asociación ecologista Amigos de la Tierra ha presentado el informe “Cultiva tu propia Energía”. La intención es “hacer frente a los planes del Gobierno, que desincentivan el autoconsumo, e invitar a la ciudadanía a tomar el control de su consumo energético”.No queremos que nos traten como consumidores sino como ciudadanos. Ciudadanos que creen que se necesita menos energía de la que gastamos y que esa energía puede ser distribuida y renovable”. Lo decía esta mañana Víctor Barro, presidente de Amigos de la Tierra. 

En pleno debate público sobre el futuro Real Decreto sobre autoconsumo planteado por el Ejecutivo, Amigos de la Tierra ha lanzado una publicación enfocada a la ciudadanía donde se pone de relieve la baja eficiencia de un sistema centralizado basado en combustibles fósiles, y en la que se ofrecen casos reales de independencia energética en el territorio español.

El documento, que puede descargarse en PDF, pretende llevar al gran público el debate energético, explicando de manera llana conceptos clave de este sector. A su vez, critica la falta de coherencia por parte de la Administración en sus políticas de energía.

“No se entiende que mientras las políticas europeas se enfocan hacia una sociedad baja en carbono mediante el fomento de las energías renovables, se sigan dando subsidios al carbón y a empresas con intereses en la extracción de gas”, apunta Hector de Prado, responsable del área de clima y energía de Amigos de la Tierra. “Cada vez hay más personas que no pueden hacer frente a las continuas subidas de la factura de luz, en parte debidas al pago de combustibles fósiles cada vez más caros, por lo que debemos soltar ese lastre. La solución pasaría por llevar a cabo una auditoría profunda e independiente de los costes del sistema energético español e incentivar el autoconsumo en comercios y en hogares”.

En ese sentido, de Prado ha recordado lo que se está haciendo en otros países. “Nos gusta el ejemplo alemán, donde un 20% del mix procede de fuentes renovables, y la mitad de ese porcentaje está en manos de la ciudadanía, no de las grandes empresas energéticas”.