Finalizando con nuestro repaso de los múltiples sistemas de filtros agua que existen, hoy os contaremos de los filtros de arena. Estos filtros son utilizados en la purificación del agua no tratada para obtener de ella un producto potable y sirven principalmente para apartar partículas sólidas. Son mayormente utilizados en casas o en plantas de tratamiento municipales.
Los filtros de arena se ubican generalmente de 1 a 2 metros de profundidad, pueden ser rectangulares o cilíndricos en sección transversal y se utilizan principalmente para el tratamiento de las aguas superficiales. Tanto el largo como el ancho de los tanques están directamente relacionados con la velocidad de flujo deseada para los filtros, que normalmente tienen una tasa de carga de 0,1 a 0,2 metros por hora (o metros cúbicos por metro cuadrado por hora).
A diferencia de otros métodos de filtración, los filtros de arena utilizan procesos biológicos para limpiar el agua, y no son presurizados. No requieren tampoco de productos químicos o electricidad para funcionar.
Los filtros de arena requieren una relativamente baja turbidez en el agua para operar eficientemente. En verano o cuando el agua cruda es turbia, el cegamiento de los filtros se produce con mayor rapidez por lo que se recomienda realizar un pre-tratamiento al agua.
A diferencia de otras tecnologías de filtración de agua que producen agua según demanda, los filtros de arena tienen una velocidad lenta y constante para filtrar el flujo de agua. Por ello se suelen utilizar en combinación con un tanque de almacenamiento para tener abastecimiento extra en las horas de mayor uso. Esta baja velocidad es necesaria para el desarrollo correcto de los procesos biológicos en el filtro.
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